Por qué leí las Crónica de Narnia
O mejor dicho, una de las razones
Una profesora dictó un curso de malla común en la Universidad para el curso de derecho. Al mismo tiempo otro profesor, de quien yo había oído hablar mucho porque era hermano de otro profesor que tuve, dictaba el mismo ramo para psicología. Tomé el ramo con él y no con ella simplemente porque quería tomar un ramo con ese profesor, y a ella no la conocía, vale decir que en psicología también habían compañeras más bonitas que en derecho, lo que siempre da un valor agregado para ir al curso, aunque obviamente no determinante, más bien agradable.
Resultó que la profesora era una muy buena persona y varios de mis compañeros se hicieron “amigos” de ella, nos juntamos un par de veces a hacer unas tertulias, con sus pichunchos, y conversamos harto.
Fue ella quien me recomendó un libro titulado “Una Locura Bastante Razonable,” de Joaquín García-Huidobro de quien yo no había oído hablar. Viendo el libro en la librería, para determinar si lo compraba o no, me encontré con que el autor era profesor de la Universidad de los Andes, y Doctor porla Universidad de Navarra, lo que me bastó para comprar el libro, aparte lo temas del libro se veían entrtenidos.
Para mi sorpresa el libro partía con una cita de Lewis:
Aslan se volvió con rapidez, se agazapó, se azotó alegremente con su propia cola y salió disparado como una flecha dorada. ¡Vengan más adentro! ¡Vengan más arriba!, gritó por encima del hombro. Pero ¿quién podía seguirle el paso?“ C. S. Lewis, La úlltima batalla, XIV
En el prólogo del libro –que acabo de tener el gusto de releerlo- empieza hablando del libro Ortodoxia de Chesterton, el cual yo había leído dos años antes, y después sigue hablando de las Crónicas de Narnia. Esto se debe a que afirma que el libro tiene como sus notas el ser romano, judío y narniano. Cuando explica el por qué de ello dic que es narniano por la idea de que el cristianismo o es una gran aventura o es un gran aburrimiento y es entonces cuando hace un alto y le dice al lector
“Si alguien no ha leído aún las Crónicas de Narnia, debo decirle que lo compadezco enormemente y me permito sugerirle que interrumpa la lectura de este libro para remediar esa carencia”
Como a mi no me gusta que me compadezcan por tonteras, y el autor ya me caía bien, tuve que dejar su libro en mi librero y partir a comprar las Crónicas. Como, quiero creer, todo quien haya leído El Señor de los anillos debe haber oído hablar de las Crónicas, yo ya sabía más o menos de que se trataban, por lo que no fui a comprar cualquier libro, tiempo antes había querido leerlas pero nunca me había decidido, ahora, como Joaquín se compadecía de mi y me sugería –lo que más bien parecía un orden- leer los siete cuentos escritos por el anglicano de Oxford, fui y me compré uno a uno, terminaba uno y me iba a comprar el otro, aunque mi mamá me ayudó con la compra de la mayoría y así tenía el otro antes de terminar el anterior, pude leer los siete al hilo, sin parar, creo que en una o dos semanas.
O mejor dicho, una de las razones
Una profesora dictó un curso de malla común en la Universidad para el curso de derecho. Al mismo tiempo otro profesor, de quien yo había oído hablar mucho porque era hermano de otro profesor que tuve, dictaba el mismo ramo para psicología. Tomé el ramo con él y no con ella simplemente porque quería tomar un ramo con ese profesor, y a ella no la conocía, vale decir que en psicología también habían compañeras más bonitas que en derecho, lo que siempre da un valor agregado para ir al curso, aunque obviamente no determinante, más bien agradable.
Resultó que la profesora era una muy buena persona y varios de mis compañeros se hicieron “amigos” de ella, nos juntamos un par de veces a hacer unas tertulias, con sus pichunchos, y conversamos harto.
Fue ella quien me recomendó un libro titulado “Una Locura Bastante Razonable,” de Joaquín García-Huidobro de quien yo no había oído hablar. Viendo el libro en la librería, para determinar si lo compraba o no, me encontré con que el autor era profesor de la Universidad de los Andes, y Doctor porla Universidad de Navarra, lo que me bastó para comprar el libro, aparte lo temas del libro se veían entrtenidos.
Para mi sorpresa el libro partía con una cita de Lewis:
Aslan se volvió con rapidez, se agazapó, se azotó alegremente con su propia cola y salió disparado como una flecha dorada. ¡Vengan más adentro! ¡Vengan más arriba!, gritó por encima del hombro. Pero ¿quién podía seguirle el paso?“ C. S. Lewis, La úlltima batalla, XIV
En el prólogo del libro –que acabo de tener el gusto de releerlo- empieza hablando del libro Ortodoxia de Chesterton, el cual yo había leído dos años antes, y después sigue hablando de las Crónicas de Narnia. Esto se debe a que afirma que el libro tiene como sus notas el ser romano, judío y narniano. Cuando explica el por qué de ello dic que es narniano por la idea de que el cristianismo o es una gran aventura o es un gran aburrimiento y es entonces cuando hace un alto y le dice al lector
“Si alguien no ha leído aún las Crónicas de Narnia, debo decirle que lo compadezco enormemente y me permito sugerirle que interrumpa la lectura de este libro para remediar esa carencia”
Como a mi no me gusta que me compadezcan por tonteras, y el autor ya me caía bien, tuve que dejar su libro en mi librero y partir a comprar las Crónicas. Como, quiero creer, todo quien haya leído El Señor de los anillos debe haber oído hablar de las Crónicas, yo ya sabía más o menos de que se trataban, por lo que no fui a comprar cualquier libro, tiempo antes había querido leerlas pero nunca me había decidido, ahora, como Joaquín se compadecía de mi y me sugería –lo que más bien parecía un orden- leer los siete cuentos escritos por el anglicano de Oxford, fui y me compré uno a uno, terminaba uno y me iba a comprar el otro, aunque mi mamá me ayudó con la compra de la mayoría y así tenía el otro antes de terminar el anterior, pude leer los siete al hilo, sin parar, creo que en una o dos semanas.
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