Cuando comencé a leer el Señor de los Anillos comencé a su vez averiguando sobre Tolkien y su mundo y sobre autores similares. En mi búsqueda por Internet di con Lewis, años antes de que apareciera “El León la Bruja y el Ropero” en el cine. Comó fue esto, por un artículo que leí en Encuentra.com que profetizaría mis lecturas y que lamentablemente no lo he podido encontrar para enlazarlo aquí. El artículo planteaba una teoría y mencionaba nombres que yo jamás había oído. Planteaba lo siguiente.
Suele suceder que una persona que comienza a leer a Tolkien y El Hobbit o El Señor de los Anillos con el paso del tiempo termina descubriendo a Lewis y sus Cronicas de Narnia, y siguiendo un paso más lejos, termina conociendo a Chesterton, y con el descubre un verdadero despertar intelectual.
Eso planteaba el artículo, claro que de forma bastante más extensa y sus palabras fueron una especie de profecía para mí. Debo reconocer que mi “despertar intelectual” bajo mi punto de vista, nació con Santo Tomás de Aquino, creo que ese fue l punta pie inicial de mi búsqueda intelectual y espiritual. Leyendo la Summa me fui dando cuenta que podía ver las cosas desde un punto de vista que antes no tenía, podía finalmente analizar las cosas con una profundidad (para mí, a lo mejor soy más superficial que Zoolander) que me asombró. Bueno, volviendo al punto, un verano me dije que tenía que comenzar a leer literatura y adentrarme en ella y en sus diferentes ramas, y, al fin, dejar de lado la política o la politiquería que llevaba leyendo por más de dos años, Pinochet y Allende me tenía ya enfermo, y cuando conversaba sobre esos dos, en esa época, cuando yo tenia unos 15 o 16 años, terminaba conversando con gente mayor, para no decir que terminaba conversando solo. Así que tuve mi propia transición, y llegue triunfalmente a Tolkien, y solo puedo decir que desde entonces me declaro como amante de los libros y la política fue solo una amante pasajera.
En mi la teoría del artículo de encuentra.com se extendió un poco más, de Tolkien a Lewis a Chesterton di finalmente con Greene y con Waugh, y con converso inglés que encontrara, y, entre Chesterton y Greene apareció uno de los más grandes conversos de todos los tiempos, John Henry Newman, cardenal de la Iglesia Católica, ex Anglicano fervoroso, que se convirtió al catolicismo solo luego de intentar destruirlo, esa es una historia buenísima que, lamentablemente, esta fuera de mi presupuesto. Por qué, porque no logro encontrar el apología Pro Vita Sua por ninguna parte, y solo di con el en Internet, pero a un precio que prefiero no leerlo y esperar a que el me encuentre a mí.
Ojalá que quien empiece leyendo a Tolkien siga un recorrido similar, que después de embriagarse con el Señor pase a las Crónicas, y después a las Cartas y si tiene suerte que se cruce con Los Cuatro Amores.
1 comments:
estimado amigo
A mi también me ocurrió algo similar, yo empece por las Crónicas de Narnia, seguí con las Cartas del Diablo a su Sobrino, El Perdón, Mero Cristianismo (ya no me acuerdo que más), luego pase a Francis Schaeffer (muy bueno y profundo en su teología) y ahora estoy encandilado con Chesterton
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