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viernes, 14 de agosto de 2009

Como Graham Greene conoció a sus dos amores


Hace algún tiempo fui a una tienda de libros usados esperando encontrar cualquier cosa que me agradara y mientas daba vueltas entre libros y libros encontré uno negro, de esos forrados que solo se ve en el borde vertical el nombre escrito en letras doradas, que decía “Matthews conversaciones con Graham Greene”. Nunca había escuchado el nombre de Ronald Matthews, pero hace tiempo estaba buscando algún libro que hablara de Graham Greene, así que fui, logré que me bajara el precio, y compre el libro saliendo rápidamente de la tienda para no tentarme con otro.

La verdad que este libro no lo he podido leer, solo lo he ojeado, por qué, porque cuenta pedazos de libros que todavía no he leído, y con la mala experiencia que tuve con “El hombre que fue Juevés” por culpa de la introducción de “Ortodoxia” no quiero arriesgarme.

El libro narra la historia de Matthews en cuanto a sus encuentros con Greene, conociéndolo en un “cocktail party” y sus viajes juntos por Inglaterra. Son conversaciones narradas y adornadas por este escritor, quienes luego de estos encuentros, o entre estos encuentros escribieron en conjunto la historia de una puta a la que conocieron.

Matthews va narrando algo un viaje espiritual, al igual que Greene, él también se convirtió al catolicismo romano, lo que hace que el libro sea más profundo y entretenido.

Greene, al igual que Hemingway se fue convirtiendo al catolicismo al enamorarse de una católica, claro que Greene permaneció por más tiempo que Hemingway en la fe, y no se voló los sesos.

“[…] Graham escribía poca prosa, pero ya se sentía atraído por la crítica cinematográfica, y llegó el día en que, en una de sus notas de cine del Outlook, habló de la multitud que adora a alguna estrella de cinematógrafo olvidada, como lo católicos adoran a la Virgen María. La nota le trajo una carta entre su correspondencia, una carta bastante sensata, que le explicaba en lenguaje sencillo que los católicos no adoran, en realidad, a la Virgen. La carta era suficientemente para hacer pensar a Graham que podía valer la pena conocer a la mujer que la había escrito. En consecuencia, la invitó a que fuera a verlo y era Vivian, con quien iba a casarse y por la cual se convirtió al catolicismo

Así fue como Greene comenzó a pensar el el catolicismo, y luego sería uno de los grandes escritores ingleses.

Ante las criticas proferidas contra Greene y su catolicismo el solía contestar que no era un escritor católico, sino un escritor que resultaba ser católico. Así como Chesterton diría en el prefacio de “El Hombre Eterno” que “Es imposible, espero, para cualquier Católico escribir un libro sobre cualquier tema, sobre todo éste tema, sin mostrar que él es Católico” y así también se lo revelaría Tolkien a un sacerdote en sus cartas, ya que en las observaciones que el sacerdote le haría a su obra destacaba el parecido que tenía Galadriel con la Santísima Virgen, el creador de la Tierra Media contestaría que en un principio no se había dado cuenta de todo el catolicismo que existía detrás de su obra.
Esta discusión que tuvo Greene con Vivian sobre la Virgen me recuerda a una conversación que casi tuve con una amiga sobre un tema parecido, digo que casi tuve porque al escuchar su respuesta tuve que decirle que si en verdad pensaba lo que estaba diciendo no teníamos nada de que hablar en ese momento, en vista a la fiesta en que estábamos y a las piscolas que estábamos tomando. Me dijo sin pestañar ni reir, que ella no era católica, y que no le gustaba el catolicismo porque los “católicos eran politeístas”. Cuando me dijo eso, y mientras yo esperaba que se riera o que pestañara para reírnos juntos, mire a un amigo que también quedo impactado por su afirmación, y tuve que decirle a mi amiga que dejáramos el tema hasta ahí, y que se informara un poco antes de hacer tales acusaciones, pero sin ningún animo de ofender, y ella no se sintio ofendida, es más, a las pocas semanas ella me toco el tema y me explico su error y el tema quedó solucionado.
Parafraseo al obispo Sheen, por quien Martin Sheen adoptó su apellido, dijo que en esta sociedad actual el católico debe informarse mucho más de lo que tenía que hacer antes, en el sentido de que andan muchas “historias” corriendo por la mente de la gente, sin ningún fundamento, que solo quieren herir a la Iglesia, y es por ello que el católico no solo debe conocer su religión, sino que debe saber defenderla.
Matthews, Ronald. Conversaciones con Graham Greene. Editorail Emecé edoters, Buenos Aires, 1959

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